viernes, 3 de agosto de 2012

ESPAÑA Y LAS TIJERAS DE ANGELA MERKEL





No quiero ser agorero ni aguafiestas sino todo lo realista que uno puede ser, pero lo que está a punto de declararse en nuestro país es una profunda depresión económica, social, moral y anímica como resultado de un lastrado problema estructural de más de una década, una mala gestión nacional de nuestros recursos económicos y finalmente el estar tutelados e intervenidos bajo duros recortes del gasto y ajustes fiscales que castigarán más en el corto y medio plazo a nuestro país y que solo acaban de iniciarse.

Es cierto que España se ha ganado a pulso y por méritos propios el estar en el punto de la picota del mundo financiero como consecuencia de la ruptura del pacto fiscal del anterior gobierno socialista desde que se negara la crisis económica en 2008, lo cual supuso transformar un superávit del 1 % en 2007 en un déficit del 11 % en 2009 fruto de una calamitosa política de despilfarro sin ton ni son. También lo es que el estado autonómico tal como ha sido gestado y desarrollado no es sostenible al hipertrofiarse la administración con la creación de numerosas entes y empresas de dudosa eficiencia empresarial y que han servido para nutrir a una intensa red clientelar de amigos, familiares o gente afín al partido político de turno.

Pero por otro lado España esta siendo sometido a una dureza, a un rigor y a una política de ajuste impuesta desde Europa y desde los mercados financieros que no está acorde a nuestra solvencia ni a nuestra capacidad económica como país y que lo único que va a provocar es –como así lo afirman notables y reconocidos economistas mundiales- una profunda recesión derivada del incremento del desempleo en el sector público, la falta de revitalización del sector privado y una caída del consumo interno a niveles insospechados.  Esto provocará que entremos en un bucle sin salida al no cumplirse el objetivo del déficit -3 % para 2014- tras la caída de ingresos por reducción del consumo interno y aumento del gasto por desempleo.

Por estos motivos la confianza de los mercados en España se ha perdido fruto de la política económica recesionista que ha impuesto Rajoy y que no es más que la receta generalista que impone el gabinete de Merkel con el BCE y sus recursos a plena disposición del gobierno de la Canciller. Con la prima de riesgo y los títulos y bonos del estado a niveles inasumibles, España está siendo invitada-como así ha referido el pasado día 2 de agosto el presidente del BCE Mario Draghi- a pedir formalmente un programa de rescate a través de los fondos dispuestos para ello-FEEF y MEDE-, obviando la posibilidad de comprar deuda soberana con el fin de rebajar la tensión de los mercados.
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El sometimiento de España a las duras y férreas contraprestaciones de un más que inminente programa de rescate-que se presume para este otoño- supondrá el despido de cientos de miles de empleados públicos, con duras condiciones para el sector educativo y sanitario, una más que notable reducción salarial en el sector público y privado y lo que es peor, sin un horizonte de crecimiento neto o sin líneas de políticas económicas que impulsen el crecimiento y las reformas estructurales. El FMI, parece estar tirando la toalla ante la terquedad de Alemania de rebajar las duras condiciones que impondrá a España, haciendo caso omiso de las advertencias de Christine Lagarde de que España necesita más tiempo y más flexibilidad para acometer estas reformas estructurales y un menor ajuste fiscal para favorecer el crecimiento.

Lo que perece obviar Merkel es que esta intervención y sometimiento a la  economía española y por extensión al resto de economías de países periféricos tendrá graves consecuencias en la zona Euro y por contagio al Reino Unido y Estado Unidos.

Por analogía a una caso clínico práctico de lo se traduce de la teoría económica de Robert Mundell, premio Nobel de economía en 1999, es que si un país está famélico o padece de una crónica enfermedad –por ejemplo una insuficiencia pancreática severa- ésta no puede tratarse con dieta baja en calorías –dígase reducción del gasto-, sino con suplementos calórico-proteicos –dígase inyección económica urgente-, insulina y enzimas pancreáticas-dígase de reformas económicas estructurales-, disciplina en una dieta saludable que proteja al ya debilitado páncreas evitando dulces, alcohol o dieta rica en grasas-dígase del control del gasto una vez controlada la recesión- y finalmente ejercicio físico diario-dígase del musculo financiero necesario para mantener el crecimiento-.

Las recetas de Alemania, ideales en un marco macro-económico seguro, productivo y con plena creación de empleo pueden ser calamitosas para los intereses de países sumidos en una gran recesión como son España o Italia. La ambición y ansias de Alemania por voluntad de la todo-poderosa Merkel de imponer su recetario a países grandes y vulnerables como el nuestro y con el  beneplácito de países de la liga del norte y centro europeos - Austria, Holanda y Finlandia- pueden sumir a la economía española y mundial en una gran recesión, como así lo afirma el FMI. Hasta la misma agencia de rating Standard & Poor´s alaba los esfuerzos de España y la menor necesidad crediticia de la Banca española de lo esperado, en un intento de no poner mas leña al incendio español.

De lo que es seguro es que la talla de nuestro líder el señor Rajoy se mide en estos difíciles momentos. El rédito electoral del gobierno de Rajoy se irá agotando a medida que la crisis social y económica se agudice. Si España es rescatada tendrá que informar a los españoles de las consecuencias económicas y sociales Si estas medidas no son encajadas por la sociedad, la mayoría absoluta no le salvará de tener que anunciar un adelanto electoral o por el contrario solicitar un Referéndum sobre la idoneidad de pertenecer o no a la UE en estas condiciones. Les guste o no a Merkel y a sus acólitos-incluido Mario Draghi-, el destino de la Eurozona y de España es el mismo.

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