viernes, 21 de diciembre de 2012

NASA - Holiday Greetings to The ISS Crew

NASA - Holiday Greetings to The ISS Crew

In spanish: desearos una Feliz Navidad. No estáis solos allí arriba. La humanidad está con vosotros y sois el mejor exponente de nuestra civilización allí arriba. Saludos desde España
Francisco Vera

sábado, 1 de diciembre de 2012

LA CÁTEDRA DE LA VIDA. A MI AMIGO RAMÓN MARÍA DOLORES PEDRERO, IN MEMORIAM







Mi queridísimo amigo Ramón, te fuiste y antes de tiempo. No dejaste postales, ni cartas, ni adioses anticipados. Sufriste lo indecible en una corta e intensa enfermedad llamada linfoma, la cual derrotaste. Sufriste el revés de un nuevo cáncer llamado leucemia que atacó por la espalda y la combatiste cuerpo a cuerpo sin descanso. Reincidió la leucemia y te sometiste a nuevos y crueles esquemas de tratamientos intensivos de rescate que te dejaron sin defensas y siempre bajo la tortura del aislamiento en una habitación bajo estrictas condiciones de visita para no sufrir infecciones virales o bacterianas. Tu cuerpo aguantó varias estocadas que la propia muerte produce con sigilo y pudiste urdir unas cuantas, hasta que en el despiste de un cuerpo consumado por el agotamiento físico, una neumonía grave y una septicemia te retiró de este mundo en pocas horas un veintidós de noviembre de 2012.

No eran tus planes, querido Ramón, lo se. Tenías grandes y hermosos proyectos. Te habías labrado un nombre de prestigio en la Facultad de Económicas de la Universidad de Murcia al lado de tu querido ex-profesor, actual compañero y catedrático de economía Juan García Solanes. Tenías una vida afectiva fecunda al lado de Gustavo y de tus compañeros y amigos. Tenías mucho trabajo y mucha creatividad que brindar a la sociedad todavía.

Pero no pudo ser. En el último mensaje que me enviaste por el teléfono móvil me enunciaste un «al menos he disfrutado mucho este verano en la playa» como preludio quizás de lo que tu mente y espíritu intuía al menos dos semanas antes de que nos abandonases definitivamente.

He necesitado estos días de reposo para escribir en un corazón -el mío- todavía conmocionado y consternado por la pérdida y el dolor de tu ausencia. Pero permíteme Ramón recordarte como lo haría un buen y viejo amigo. Ya sabes lo que te he querido, y como yo, otros amigos de siempre, a los cuales puedo sumar sin pudor a mi mujer Blanca que te ha conocido y te ha querido intensamente en estos últimos siete años. Veintidós años de gran amistad no se tiran por la borda así porque así. Los buenos amigos, como los buenos vinos, maduran con el tiempo y se sirven esperando la mejor mesa y los mejores comensales. Es posible que no hayamos brindado con copa de plata y mantel de fina seda, pero hemos brindado en agosto juntos, en tu Manga del Mar Menor, por la amistad y por la salud en compañía de Pablo, Marga, mi mujer y Gustavo poco antes de que ingresaras en el hospital, hemos brindado juntos en junio en compañía de tus amigos de Maristas en el restaurante de Jerónimo, hemos brindado juntos el cuatro de febrero para celebrar el cuarenta cumpleaños de nuestro querido amigo Pablo en compañía también de Alfonso y de tu círculo más cercano, y sobre todo me brindaste por San Francisco de Asís una felicitación por mi santo, sin saber yo por aquel entonces que estabas ingresado.

Me quedaré y nos quedaremos con la esencia de tu persona Ramón, y era ante todo tu sencillez, tu ingenuidad fresca, tu nobleza, tu sonrisa, tu voz y tu capacidad para romper a carcajadas ante la mínima broma u oportunidad para tocar lo más jocoso de la vida misma. Te cosechaste amigos allá por donde navegabas, ya fuere en la UMU, en Murcia, en Madrid o en Cartagena. Tus lecciones enamoraban y embelesaban a tus alumnos, tus compañeros de economía admiraban tu capacidad de trabajo y creatividad. Eras un hombre sin límites ni fronteras, pero sobre todo humilde y sencillo. Y pocos como tú pueden presumir de ello.

No te guarde la congoja por las décimas que te faltaron para conseguir tu Cátedra de Economía, la cual te tumbaron en dos ocasiones por puros intereses de evaluadores ajenos a tu valía pero engatillados en la miserable situación económica de una crisis que amordazó al Ministerio de Educación. Nunca quisiste tocar la tecla política ni utilizar el favor de otros poderes para ello, pues siempre confiaste en tu valía y sacrificio personal. No debías nada a nadie, pero ellos tienen una deuda contigo que a estas alturas ya no debes reprochar. Esa era mi tesis y así te la expuse este verano para mitigar tu pequeña frustración. Sabíamos los dos que había otra cátedra por la que opositar y lidiar en aquel momento y era la de la «vida».

Tu última lección la hemos aprendido Ramón. Vivir y vivir con intensidad, con vocación y haciendo frente a las adversidades con mucho ánimo y discreción. Nunca quisiste transmitirnos una queja, un sufrimiento o un dolor gratuito por el paso de tu enfermedad. Siempre quisiste silenciar el mismo y no poner una mala cara a nadie. Quisiste y así fue tu voluntad, el que te recordáramos en tu máxima plenitud, jovial como siempre, sonriente, bromista, cercano y dicharachero en ocasiones, en lugar de permitir visitas taciturnas y a destiempo por el hospital para ver goteros, portacaths, catéteres y un sinfín de elementos a los que los médicos nos enfrentamos todos los días de forma más o menos estoica.

Ya sabes Ramón que no te olvidaremos nunca, ni tu cara ni tu voz ni el amor que sentías por nosotros. Fuiste siempre el primero en todo y también el primero en abandonar esta esfera terrenal. Pero no te preocupes Ramón, porque allá donde estés brillarás con solemnidad, con luz y con aún más sencillez y bondad de la que disfrutábamos al estar contigo.

No me despido de ti, solo te digo un hasta luego. Sé que estás en paz y que disfrutas de las mieles de la felicidad que nuestro «Jefe» reserva para los mejores, para los más buenos y para los más sabios, pues ya eres Catedrático de la Vida.

Un beso muy fuerte en mi nombre y en los que siempre te han querido. Seguiremos hablando Ramón. Tenemos todo una vida para hacerlo. Descansa querido amigo mío. Te querré siempre.







domingo, 11 de noviembre de 2012

EL ÚLTIMO DE LOS 7 MAGNÍFICOS (Homenaje personal al Dr José Albaladejo Méndez)






El pasado nueve de noviembre del presente año, se ha despedido de nosotros el Dr José Albaladejo Méndez «Pepe», Jefe del Servicio de Medicina Interna, por jubilación. Pero se ha ido algo más que un excelente profesional. Se ha ido un médico humanista, un médico con principios, valores y transmisor de un conjunto impagable de conocimientos que constituyen un magnífico legado para los que nos quedamos y las sucesivas generaciones.

Mi tributo a Pepe-como expondré en estas líneas- no se extenderá en una longitud de elogios y anécdotas, pues corresponden a otros, sus colegas y amigos generacionales y a mis compañeros de medicina interna que estuvieron directamente bajo sus órdenes, los que tendrán que hacer alarde de ellos.

Ni mi familia, ni mi abuela Concha, la paciente de la 509-1, aquejada de un mieloma que durante un largo año (1973-1974) fue tratada y seguida por las buenas artes de un joven y brillante médico internista que aterrizaba por aquel entonces en el Hospital Santa María del Rosell, podrán olvidar tus destellos de humanidad, de capacidad de estudio y de sufrimiento a pie de cama de una mujer joven -50 años-, destinada a morir con la dignidad del dolor y el sufrimiento, pero bien acompañada y asistida por tu presencia y tus artes.

Desde bien joven querido Pepe, quise ser médico, quizá alentado por mi tío José Juan, médico militar y una sensación interna de vocación que me invadía de forma silente desde los 6-7 años de edad. Cuando ya rondaba los 12 años, mi padre al observar mis motivaciones, me fue inculcando los valores del buen médico, de la necesidad de estudio para diagnosticar una enfermedad y de la necesaria humanidad para soportar el sufrimiento y las dolencias incurables de los enfermos. Fue entonces cuando tu nombre apareció en el guión de mi vida como ejemplo del Buen Médico, a colación de la experiencia vital que sufrieron mis padres. Realmente me prendiste sin tu saberlo.

En 1998, se cumplieron mis sueños y tras la elección de la plaza de medicina interna en un hemiciclo del Ministerio de Sanidad en Madrid, lo primero que hice fue llamar desde una cabina telefónica a mi familia y a mis más allegados para espetar con alegría “voy a hacer medicina interna en el Rosell con Pepe Albaladejo”.

Por los caprichos del destino, no pude rotar ni un solo minuto contigo en mis ahora quince años de profesión. Paradojas de la misma vida, me digo yo. Eran quizás otros tiempos, donde uno no tenía capacidad de elegir, solo la de obedecer y seguir el rumbo de la vida médica junto a otro equipo de magníficas personas e internistas con las que me he formado y aprendido. Sin embargo, de forma paralela o tangencial he intentado empaparme de tu sabiduría, de tus lecciones, de tus alocuciones serenas, de tus reflexiones, de tus conferencias de la medicina donde incesantemente debemos ir a lo más básico y a lo esencial, como la vida misma.

En mi etapa del Rosell, pude saber más de ti por las buenas historias que otro «Magnífico» como el Dr. Manuel Roig, antes de jubilarse, me relataba, como el abuelo que contaba historietas a su nieto. Otros «Magníficos», como el difunto Dr. Manuel Herrero, el Dr Fernando Pignatelli, la Dra. Pilar Berlinches o nuestro anterior y querido Jefe de Servicio el Dr.Vicente Herrero, dieron testimonio vital de esa excelsa y trabajadora generación de médicos que con pocos medios hicieron mucho por la medicina en Cartagena. Y pude ser testigo y dar fe de ello.

Ha sido en estos dos últimos años cuando mi convivencia contigo ha sido más cercana, y durante los cuales, aún se han hecho para mí más clarividentes esos principios que te acompañaron siempre. Han sido en este periodo duro, la del traslado gradual del Servicio de medicina Interna del hospital Santa María del Rosell al Hospital Santa Lucía, donde has tenido que gestionar con inteligencia a un grupo de personas de distinto signo, ideario y método para conducirlo hacia un grupo cohesionado y unido con el máximo respeto a las distintas sensibilidades y las capacitaciones médicas que la misma vida nos ha ofrecido.

No ha sido fácil en tan poco tiempo, pero lo has logrado. No te han permitido completar la gestión de nuevos proyectos, pero si has dejado los cimientos y las bases para que otros recojan el testigo y sigan ese camino.

Me quedo con el asombro de tus principios inviolables que llevas consigo en tu maletín de la vida. Preciso, inteligente, honrado, estricto cumplidor del deber, infatigable luchador de los derechos de los médicos internistas más vulnerables -en términos laborales-, metódico hasta la saciedad, sereno, reflexivo, humilde, escuchador más que orador, consejero en las dudas, y sintonizador con los problemas diarios del servicio.

No es fácil despedirse a contratiempo, con el agua a contracorriente, con el silencio especulativo de los poderes fácticos, con el infortunio de toparte de la noche a la mañana con normas que se crean para producir desigualdades caprichosas entre médicos a criterio nada azaroso del legislador. Pero te honra el que nunca desearas el que se cumpliera contigo dicha excepción, para no herir o sepultar el prestigio profesional de otros compañeros cercanos a ti, recientemente jubilados de forma aún más deleznable.

Has luchado y te has sentido en muchas ocasiones en la vida como Gary Cooper en «Sólo ante el Peligro», pero en esta ocasión te hemos acompañado, no te hemos dejado sólo, y tú lo sabes. Sí podrás decir que como el general George Custer, interpretado por el célebre e inolvidable Errol Flynn en «Murieron con las botas puestas», que defendiste la plaza con el honor y el mérito al servicio de la medicina interna durante casi 40 años, y sin querer pedir a cambio medallas, insignias o condecoraciones, pues ya las tienes de todos los colores y las llevas impresas en tu alma inmácula de internista.

Con Pepe, se nos despide toda una generación de médicos que dieron lo mejor de sí, que nos enseñaron los principios inviolables de la lealtad, el honor, la honradez y el compañerismo. Debes de sentirte satisfecho de salir de tu vida profesional pública con la cabeza bien alta, con el trabajo bien hecho. Eres el último de los «7 Magníficos» o para los más jóvenes que no conocieron a tales personalidades ilustres del Rosell, sería algo así como el «último mohicano», el último de tu generación, de tu especie.

Sí Pepe, dejas un gran legado moral, científico y profesional, pero sé que lo que realmente te preocupa no son tus méritos o tus logros, sino el futuro más inmediato, el de la cohesión del grupo, el de mantenerse unidos sin crispaciones, sin deslealtades, con sentido del respeto a las distintas sensibilidades con independencia de la persona que releve tu cargo.

No te preocupes Pepe, haremos lo posible para que entre todos se cumpla tu último deseo.

Sí pedirte una cosa, que esto no sea un adiós definitivo, sino un «hasta pronto». No será nada fácil pedir que vengas a visitarnos, pero tenemos una excusa de peso, además de la obvia familiar, y es la de seguir renovando el curso obligatorio por la que todo médico residente debe pasar en su periodo formativo y que espero lleve por título« I Curso José Albabalejo Méndez, volviendo a lo Básico».

Un abrazo Pepe, y gracias por todo.

Francisco Jesús Vera Méndez
En Cartagena a 11 de noviembre de 2012



domingo, 23 de septiembre de 2012

DESAYUNANDO CON CHINAS










La vida no deja de sorprenderte y de enseñarte cosas. A veces te gratifica con experiencias y no dejas de preguntarte lo anti-cosmopolita y aldeano que uno puede llegar a ser y lo digo en primera persona. Afortunadamente me enriquecí y no caí en la tentación a primeras de cambio.

Era una fresca mañana de un día laboral de septiembre. Me disponía con todos los derechos del mundo a disfrutar de un buen saliente de guardia. Nueve y media de la mañana, bulevar de una cafetería céntrica a rebosar con la suerte de encontrar una mesa vacía. Me siento y pido una tostada integral crujiente y rellena de tomate con aceite de oliva. Mi salero al lado y periódico regional en mano, disfrutando del paisaje urbano modernista del casco antiguo de Cartagena.

Todo parecía perfecto, hasta la prima de riesgo parecía estancada con anuncios de subidas del Ibex 35 y hasta afloraban posibilidades de eludir un rescate financiero a España.

 Así como si llegara de la nada se presenta en frente mía una mujer de unos cuarenta años, oriental la mujer, juraría que de la madre China. Con una sonrisa y en el idioma mandarín me dice algo así como “chu chuan ye”, al tiempo que hacía maniobras con las manos para referirse a las dos sillas que estaban en mi mesa y que estaban por supuesto vacías. Lo entendí a la primera, o así lo parecía. Le dije cortésmente que por favor podía cogerlas sin ningún problema. De repente algo no encajaba bien. La mujer permanecía algunos segundos más de pie como si esperara algo o a alguien. Pasado un tiempo discrecional, acude una amiga compatriota saludando con voz fuerte y efusiva. En ese momento me quedo atónito cuando las chinas se disponen a sentarse y compartir mesa y desayuno conmigo. Todos juntitos como hermanos de la misma familia y la misma patria.

 Mis reacciones cerebrales del hemisferio derecho se activaron súbitamente y fueron las del sonrojo e irritación, máxime cuando las chinas empezaron a entablar una conversación a velocidad de vértigo con tono alto y estridente. Me puse nervioso. Hasta la camarera se sintió incomoda cuando me disponía a servirme el café con leche, mirándome de forma cómplice y de reojo. La china con amabilidad se dirigió a la camarera y le dijo “un zumo de nalanja y una coca-coa”. Tardó en reaccionar mi cerebro izquierdo para explorar la incómoda situación y encontrar una salida rápida y airosa. De repente ocurrió un milagro: una mesa a mi izquierda se acababa de quedar vacía y siento impulsos acelerados para levantarme y ocuparla en un plis plas y probablemente las chinas ni se dieran cuenta, merced a la intensidad y la emoción con la que conversaban.

Sin embargo un pálpito enérgico me dio una contraorden, y por supuesto venía de mi hemisferio cerebral derecho. Inspiré profundamente y pensé “coño, tampoco es para tanto, disfruta que ya eres un hombre de mundo, leche, y a ver que aprendes de estas chinas”. En ese momento me vinieron imágenes en salvas de películas del Vietnam de Chuck Norris, o de Steven Seagal en Sanghai , con un millón de orientales en arrozales y chozas de paja, o la de la mismísima “Ciudad de la Alegría” con Patrick Swayze, compartiendo solidariamente nicho y mesa con un montón de hindús hacinados en una casa de cinco metros cuadrados.

Fueron diez minutos con mis casi contertulias. Cada vez hablaban más airadamente. Yo me dispuse a abrir ampliamente las hojas del periódico aunque más bien leía poco. Solo me embadurnaba de la experiencia y conforme pasaban los minutos me encontraba más relajado. Hasta me entró una sonrisa de ver lo que pensarían mis paisanos al ver a un blanco con dos amarillas en la misma mesa .

Pensé en lo habitual que sería compartir mesa y mantel diferentes personas y familias en China sin pedirse explicaciones. Cuestión de matemáticas me dije: ¿cuantos chinos hay por mesa y por metro cuadrado en una cafetería?. Me di cuenta que al menos pude por minutos ser un chino más, un mero espectador, un hombre de mundo. Un turista accidental, tolerante, respetuoso y solidario con mis afables chinas.

Se levantaron y le dijeron a la camarera: “ pol favol , la cuenta”. La camarera no tardó ni un minuto en ofrecerles sus servicios. Cuestión de camaradería con un paisano, me dije. De repente me quedé solo y me traen la segunda tostada. Y enseguida me topo con la cruda realidad al continuar leyendo el periódico: Artur Mas lidera el sentimiento independentista de Cataluña y Sandro Rosell se erige como voz popular del barcelonismo mas secesionista jamás contado.

Y yo que disfrutaba con las chinas….

martes, 14 de agosto de 2012

¿POR QUÉ CON MIS IMPUESTOS?





Lo bueno, si algo tiene, de tener una crisis generalizada en los diferentes ámbitos de nuestro país-económicos, morales y políticos- es la de poder poner sobre la mesa las cartas y descubrir las miserias y disfunciones de estos mentores que llamamos gestores que nos han llevado a la auténtica ruina nacional.

Es entonces, -ante la preocupante progresión de la precariedad económica, el paro y la hambruna  que asedian a nuestra sociedad- cuando descubrimos que un montón de oportunistas-políticos y banqueros en la cabecilla del muestrario - se cubrieron de gloria y se fueron de rositas bajo el manto de la corruptela o de la inmoralidad sujeta a ley, dícese de jubilaciones millonarias con contrato blindado o de prebendas de los que gozan los políticos sobre el resto de los mortales.

Es en este punto, en el de los políticos, en el que me quiero detener. Mi desafección hacia ellos -como el de la mayoría de los ciudadanos- ha subido muchos escalones a medida que compruebas la falta de ejemplaridad de una buena parte de ellos. Asistimos a la desfachatez de altos cargos en la administración central o regional que gozan de dobles y triples sueldos, merced a sus cargos dentro del partido al que con generosidad subvencionamos con nuestros impuestos, así como de compatibilidades para ejercer diferentes cargos públicos, dícese de eurodiputados, senadores, diputados nacionales o autonómicos, consejeros, presidentes autonómicos, alcaldías, defensores del Pueblo etc…

 Muchos de ellos además disfrutan de amplias dietas por viajes o pernoctaciones por residir fuera de Madrid-algunos de ellos y no pocos con  residencia en la capital del Reino- o participan de sobresueldos por participar en comisiones parlamentarias o acudir a plenos. A poco que abran la boca un poco o asistan a un pleno, pues eso, a cobrar más.

Pero lo que más me indigna es observar que muchos de nuestros representantes no tienen ni siquiera la cualificación o excelencia profesional que se les debe exigir para los respetables puestos. Se suponía que nos dirigían los mejores. No digamos si hablamos de un sin fin de concejales que apenas tienen el bachiller y que caminan los chicos altivos con traje y corbata, como si las vida les fuera en ello.

Como votante, considero que mi voto tiene un precio y me atizan continuamente muchas preguntas. ¿Por qué con mis impuestos se subvencionan los partidos políticos y no se los sufragan en su totalidad sus señorías y sus militantes que con fervor están deseando tener un puestecito en ese butacón sin tener que pasar por el rigor de un examen o una oposición? ¿Por qué tengo que ayudar a sufragar a miles de recomendados de entes y empresas públicas creados a imagen y semejanza de los amigos y familiares de sus señorías?. ¿Por qué tenemos que pagar a las Pajines, Cospedales y sucedáneos sus dobles y triples sueldos, privilegios incluidos?. ¿Por qué tengo que ayudar a mantener el sueldo de los delegados y responsables de las centrales sindicales?. ¿Por qué contribuyo a pagar las mariscadas y los viajes de lujo de los magistrados de los Consejos Generales del Poder Judicial o del Tribunal Constitucional? ¿Por qué coño tengo que sufragarles a sus señorías el Iphone y el Ipad 2?

Exijo una explicación.

Lo que si es seguro es que con la que está cayendo, muchos de nuestros dirigentes no tienen legitimidad moral para exigirnos más sacrificios sin signos claros y radicales de ejemplaridad. Tiene alternativas. Suspendan subvenciones, compatibilidades indecorosas, exijan más a los que quieran representarnos. Suspendan puestos de confianza o de libre asignación, inviertan más en Educación, Sanidad y en I+D y déjense de “mamandurrias y gilipolleces”.

No me extraña que la “clase política” se haya convertido en la tercera preocupación de los españoles, según el CIS.

domingo, 5 de agosto de 2012

CUANDO TE CRUZAS CON LA MUERTE






Cuatro de agosto de 2012, 8:10 minutos, en las inmediaciones del Pedruchillo, en La Manga del Mar Menor. De vuelta de rodar con mi bicicleta, portando Camel-Bag, bracelete en brazo izquierdo con IPhone conectado a Endomondo y camiseta amarillo fosforescente, casco incluido. Discurría por el borde de la carretera en sentido a Cartagena.

 Un minuto antes de la escena, un ciclista guiri me amonesta con gestos manuales desde el carril bici de enfrente conminándome a discurrir por el mismo y no ir por la carretera. Yo lo miro con extrañeza e incredulidad, pues de sobra es conocido que en el lado contrario –por donde yo discurría-no hay carril bici y solo aceras con innumerables obstáculos. Mentalmente le dije al guiri «que te den capullo, quién coño eres tú para decirme lo que tengo que hacer en mi feudo». Al fin y al cabo me conozco esa parte de la Manga como la palma de mi mano, además el tráfico es escaso a esas inoportunas horas de la mañana de un sábado y para más inri hay dos carriles para vehículos.

 Solo bastaron unos dos minutos desde que el guiri me hiciera sus señales para toparme en directo con la tragedia que obligó a pararme en seco. Un policía municipal regulando el tráfico, siete u ocho vecinos de espectadores atónitos y un ciclista yaciendo en el suelo con una brecha abierta, sin signos aparentes de vida, sangre a raudales en el suelo, tobillo izquierdo quebrado y una bicicleta-la suya- doblada como un ocho-. A unos metros más adelante el coche blanco que arrolló al ciclista.

 Mi pulso se elevó, una profunda y gélida emoción me sobrecogía, se me heló la sangre y me quedé paralizado. Al lado mío otro ciclista que miraba perplejo el espectáculo. Me dispuse en esos momentos a frenar y parar la bicicleta de forma titubeante, viendo que nadie atendía al yaciente con el fin de ver constantes y poder en su caso cambiar la posición del cuerpo y la cabeza en posición lateral para evitar el colapso de su vía respiratoria. Me bajé y coloqué de forma tímida la bicicleta en un muro. En ese momento acudía la ambulancia del 112 para asistir con urgencia al ciclista. Mis sospechas de que el paciente con un fuerte traumatismo cráneo-encefálico ya había fallecido se hicieron constar por el médico de la UME que se dispuso a tocar el pulso carotideo constatando la ausencia de latido y de respiración.

Se confirmaba la muerte del ciclista. El suceso ocurrió escasamente unos cinco minutos antes de que yo pasara por ese mismo carril.


 Me acordé entonces de las advertencias del guiri. Me acordé del capricho del destino que hizo llevarse la vida de un hombre de 53 años. Me acordé que podría ser yo la víctima por minutos. Respiré entrecortado, con una tensión fría. Sí, soy médico, pero nadie se acostumbra a la tragedia, a la muerte súbita y fría que te lleva sin explicaciones ni contemplaciones. Tras ver el resultado del accidente y la asistencia por profesionales, me dispuse a coger nuevamente la bicicleta tímidamente. Iba lento, estupefacto. Estaba triste. Pensé en este hombre y su familia. Pensé nuevamente en el ciclista guiri que me amonestaba. Pensé para mis adentros, esto es una advertencia. Me paré nuevamente y vi el primer paso de cebra para acercarme al otro lado de la acera donde había carril bici. Antes de guardar la bicicleta solo pude pensar y rezar por él.

Me dije a mi mismo que yo no podía controlar el destino, pero me vino a la cabeza en esos momentos las palabras de mi padre: « una cosa es el destino y otra distinta es forzar el destino». Ayer nací de nuevo. Nunca más-me propuse- abandonaré el carril bici. Tengo mujer e hijos.

Mis condolencias a la familia del ciclista noruego que falleció ayer.


viernes, 3 de agosto de 2012

ESPAÑA Y LAS TIJERAS DE ANGELA MERKEL





No quiero ser agorero ni aguafiestas sino todo lo realista que uno puede ser, pero lo que está a punto de declararse en nuestro país es una profunda depresión económica, social, moral y anímica como resultado de un lastrado problema estructural de más de una década, una mala gestión nacional de nuestros recursos económicos y finalmente el estar tutelados e intervenidos bajo duros recortes del gasto y ajustes fiscales que castigarán más en el corto y medio plazo a nuestro país y que solo acaban de iniciarse.

Es cierto que España se ha ganado a pulso y por méritos propios el estar en el punto de la picota del mundo financiero como consecuencia de la ruptura del pacto fiscal del anterior gobierno socialista desde que se negara la crisis económica en 2008, lo cual supuso transformar un superávit del 1 % en 2007 en un déficit del 11 % en 2009 fruto de una calamitosa política de despilfarro sin ton ni son. También lo es que el estado autonómico tal como ha sido gestado y desarrollado no es sostenible al hipertrofiarse la administración con la creación de numerosas entes y empresas de dudosa eficiencia empresarial y que han servido para nutrir a una intensa red clientelar de amigos, familiares o gente afín al partido político de turno.

Pero por otro lado España esta siendo sometido a una dureza, a un rigor y a una política de ajuste impuesta desde Europa y desde los mercados financieros que no está acorde a nuestra solvencia ni a nuestra capacidad económica como país y que lo único que va a provocar es –como así lo afirman notables y reconocidos economistas mundiales- una profunda recesión derivada del incremento del desempleo en el sector público, la falta de revitalización del sector privado y una caída del consumo interno a niveles insospechados.  Esto provocará que entremos en un bucle sin salida al no cumplirse el objetivo del déficit -3 % para 2014- tras la caída de ingresos por reducción del consumo interno y aumento del gasto por desempleo.

Por estos motivos la confianza de los mercados en España se ha perdido fruto de la política económica recesionista que ha impuesto Rajoy y que no es más que la receta generalista que impone el gabinete de Merkel con el BCE y sus recursos a plena disposición del gobierno de la Canciller. Con la prima de riesgo y los títulos y bonos del estado a niveles inasumibles, España está siendo invitada-como así ha referido el pasado día 2 de agosto el presidente del BCE Mario Draghi- a pedir formalmente un programa de rescate a través de los fondos dispuestos para ello-FEEF y MEDE-, obviando la posibilidad de comprar deuda soberana con el fin de rebajar la tensión de los mercados.
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El sometimiento de España a las duras y férreas contraprestaciones de un más que inminente programa de rescate-que se presume para este otoño- supondrá el despido de cientos de miles de empleados públicos, con duras condiciones para el sector educativo y sanitario, una más que notable reducción salarial en el sector público y privado y lo que es peor, sin un horizonte de crecimiento neto o sin líneas de políticas económicas que impulsen el crecimiento y las reformas estructurales. El FMI, parece estar tirando la toalla ante la terquedad de Alemania de rebajar las duras condiciones que impondrá a España, haciendo caso omiso de las advertencias de Christine Lagarde de que España necesita más tiempo y más flexibilidad para acometer estas reformas estructurales y un menor ajuste fiscal para favorecer el crecimiento.

Lo que perece obviar Merkel es que esta intervención y sometimiento a la  economía española y por extensión al resto de economías de países periféricos tendrá graves consecuencias en la zona Euro y por contagio al Reino Unido y Estado Unidos.

Por analogía a una caso clínico práctico de lo se traduce de la teoría económica de Robert Mundell, premio Nobel de economía en 1999, es que si un país está famélico o padece de una crónica enfermedad –por ejemplo una insuficiencia pancreática severa- ésta no puede tratarse con dieta baja en calorías –dígase reducción del gasto-, sino con suplementos calórico-proteicos –dígase inyección económica urgente-, insulina y enzimas pancreáticas-dígase de reformas económicas estructurales-, disciplina en una dieta saludable que proteja al ya debilitado páncreas evitando dulces, alcohol o dieta rica en grasas-dígase del control del gasto una vez controlada la recesión- y finalmente ejercicio físico diario-dígase del musculo financiero necesario para mantener el crecimiento-.

Las recetas de Alemania, ideales en un marco macro-económico seguro, productivo y con plena creación de empleo pueden ser calamitosas para los intereses de países sumidos en una gran recesión como son España o Italia. La ambición y ansias de Alemania por voluntad de la todo-poderosa Merkel de imponer su recetario a países grandes y vulnerables como el nuestro y con el  beneplácito de países de la liga del norte y centro europeos - Austria, Holanda y Finlandia- pueden sumir a la economía española y mundial en una gran recesión, como así lo afirma el FMI. Hasta la misma agencia de rating Standard & Poor´s alaba los esfuerzos de España y la menor necesidad crediticia de la Banca española de lo esperado, en un intento de no poner mas leña al incendio español.

De lo que es seguro es que la talla de nuestro líder el señor Rajoy se mide en estos difíciles momentos. El rédito electoral del gobierno de Rajoy se irá agotando a medida que la crisis social y económica se agudice. Si España es rescatada tendrá que informar a los españoles de las consecuencias económicas y sociales Si estas medidas no son encajadas por la sociedad, la mayoría absoluta no le salvará de tener que anunciar un adelanto electoral o por el contrario solicitar un Referéndum sobre la idoneidad de pertenecer o no a la UE en estas condiciones. Les guste o no a Merkel y a sus acólitos-incluido Mario Draghi-, el destino de la Eurozona y de España es el mismo.

Para más información:



domingo, 29 de julio de 2012

TU SITIO EN EL MUNDO








En estos pocos renglones no pretendo arreglar el mundo y menos si se trata del mundo interno de las personas. Pero aprovecho para dirigirme a aquellos o aquellas que por diferentes motivos no han podido encontrar su “sitio en el mundo”. Un cura al que guardo gran aprecio me dijo hace unas semanas -¿has logrado encontrar tu sitio en el mundo?-. La pregunta me sorprendió aunque no tanto viniendo desde una persona con profundos valores humanos, que por supuesto van más allá de su vocación religiosa. Yo le contesté que afortunadamente sí y le expliqué los motivos. Él me contestó de forma afable que efectivamente era un hombre con fortuna. Mi apreciado cura se sinceró conmigo y me dijo -tuve que cambiar de curso en mi vida hace cinco años y ahora a mis cincuenta y tres primaveras presumo de encontrarme en mi sitio con Él-.

Cuando me dijo esas palabras no pestañeé hasta que continuó diciendo -tuve que emigrar para saber quién era yo y que era lo que Él quería de mí. Aquí en España cercano a mis amigos y familiares sentía una profunda soledad-. Finalmente me detalló los resultados fructíferos de encontrar su “sitio en el mundo”. Uno de ellos fue el fundar una Misión en Latino América desde cero en medio de la virgen y frondosa forestación de un pueblo costero para enseñar a niños y adultos analfabetos Lengua Española. Ahora es feliz, ha encontrado su rincón, su sitio, su refugio. Él continúo hablando -desde entonces todo cobra sentido y encaja con el diseño de vida que el Jefe tenía encomendado para mí, soy feliz-.

Esto me enseñó varias cosas. Una que nunca es tarde para encontrar nuestra felicidad, nuestro sitio en el mundo y por otro lado, que la vida no es estática, más bien dinámica, pues cierto es que nos movemos a la velocidad de la Tierra aunque no nos percatemos. Y si te encuentras en una vía muerta o con personas que te obstaculizan constantemente y que te impiden crecer debemos de cambiar sin titubeos, de lugar o de personas, con toda la fuerza y con toda la ilusión del corazón y no desfallecer en el intento, pues al final de lo que se trata es de encajar en este puzle cada vez más solitario, cada vez más resquebrajado y cada vez más insolidario para poder crecer –por dentro dicho sea de paso-y así enseñar y dar al que más lo necesita.

Mi amigo el cura encontró su sitio, encontró la auténtica felicidad, la que emana desde dentro y desde la oración, sí, desde la oración y la meditación. Ahora os hago esta misma pregunta ¿habéis encontrado vuestro sitio en el mundo?. Si no es así, es hora de trabajar y de no perder el tiempo. 

jueves, 26 de julio de 2012

PRIMAS DE RIESGO Y CEFALEAS





                                 



Deberíamos los médicos hacer un estudio epidemiológico consistente en el grado de estrés emocional, cefaleas y síntomas de ansiedad o depresión que experimentan los ciudadanos cada vez que oyen la palabra " prima de riesgo". Sí, pero es que lo he experimentado yo mismo hasta tal punto que tras un empacho de argumentos políticos-económicos esgrimidos por Gurús y analistas de todo tipo en los diferentes medios nacionales e internacionales sobre nuestro posible rescate que me he comido recientemente, fue el  levantarme con cefalea fronto-temporal, preocupación, irritación, y posteriormente contractura cervical y mareos. Dirán ustedes que soy un exagerado, pero les comentaré que hace 2 días al acudir a mi peluquero un cliente- nada curtido en estas cosas de las finanzas y más perteneciente al colectivo de la España cañí- confesaba que seguía todos los días la " prima de riesgo" y que estaba cada vez más insoportable y abatido.


Ayer mismo me dije: que le den. Solo bastó con ver un vídeo sobre la visión de nuestro querido planeta Tierra desde la ISS (International Space Station) y se me quitaron todas mis angustias al reconocer lo pequeños que somos y los imbéciles y maravillosos que podemos ser. Desde entonces apenas pongo las noticias, escucho mi música preferida, me he reconciliado con la  lectura, enchufo RNE clásica y varias Sondtrack por el Spotify y ¿saben ustedes?: que estoy cojonudamente bien, duermo mejor y no tiro del valium para echar un buen sueño. Y lo que es mejor, encima me entero que la famosa "prima" se ha bajado del burro. Conclusión: un poquito de más positivismo y menos agoreros economistas y analistas que se están haciendo de oro con la crisis y con nuestro sufrimiento.